SANTIAGO DE CUBA, 7 de abril – (www.aplopress.com) Como se había advertido, las huelgas de hambre son un arma de doble filo. Franklin Pelegrino del Toro, quien se encontraba en una huelga de hambre hace 40 ddías, tuvo que retirarse de la misma sin alcanzar resultado alguno, y sin lograr igualar el record impuesto por Orlando Zapata Tamayo. En igual encrucijada se encuentra Guillermo Fariñas, que va prolongando en el tiempo una actitud, que aunque meritoria, no se ajusta a los compromisos de una huelga de hambre. El que asume la decisión de inmolarse en una huelga de hambre, no puede exigir servicios médicos, ni aceptarlos, al menos en estado consciente. Ya es hora que abandone esa posición, pues con ella está perjudicando la causa que trata de defender.
El ejemplo de Orlando Zapata Tamayo, está por encima de la capacidad de respuesta de nuestros opositores. No tenemos los cubanos una cultura de inmolación. No digo de suicidio, porque realmente la población cubana tiene un alto índice de suicidio, pero por causas emocionales, no políticas. Las huelgas de hambre no se abandonan por petición de nadie. El que está decidido a suicidarse, no puede justificar su cambio de decisión, debido a la solicitud realizada por amigos y familiares. Hay que ser honesto, en realidad no había intención de suicidarse. Para abandonar una huelga de hambre siembre sobrarán los argumentos y justificaciones, lo que si no hay siempre es voluntad para continuarla.
Este tipo de ensayo es peligroso, pues descalifica y desnaturaliza la realidad de nuestra causa, a la vez que desvía a la atención sobre nuestros verdaderos objetivos y les da fuerza a nuestros adversarios. Es moralmente doloroso verse caer vencido ante la intransigencia y la capacidad de fuerza del enemigo. La posición histórica de indolencia de nuestra cúpula gobernante, nos obliga a meditar bien las cosas, no vaya a ser que nos traicione la voluntad, y el remedio sea peor que la enfermedad.
La oposición también se encuentra en una encrucijada ante el emplazamiento de Reyna Luisa Tamayo Danger, quien hizo en llamado a salir a las calles los domingos en todos los municipios del país. Ella cumplió su palabra y el domingo pasado salió a la calle, incluso bajo fuertes amenazas, que se hicieron realidad, cuando fue golpeada por una turba parapolicial. Sin embargo, no he escuchado de forma directa o por los medios que se escuchan aquí, como Radio Martí y Radio República, que líderes de la oposición interna u organización alguna se haya pronunciado en apoyo a al llamado de Reyna Luisa Tamayo y más que eso anunciar, que en su territorio ya se están organizando para llevar a cabo la iniciativa.
La euforia de las huelgas de hambre ya está terminado y las expectativas que se produjeron con las marchas de las Damas de Blanco también, a no ser que estas últimas eleven su protagonismo, sostengan su crecimiento y se movilicen hacia sitos de gran población. No obstante, la oposición tiene que buscar como mantener en ambiente el clima político actual y enrumbar la lucha, hacia la lucha social, pues acciones individuales por heroicas que sean, no tumban gobiernos, y totalitarios menos. (Publicado originalmente en APLO PRESS, Santiago de Cuba)
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