*Leonardo Rodríguez Alonso*
Sería infinitamente conveniente, de ser cierto, que se confirmara de forma irrebatible la presencia de mercenarios cubanos en Siria para que los millones de ilusos que creen en los acuerdos Obama- Raúl pongan un sello en sus bocas. Cosa que dudo, pues es natural que no se den por aludidos aquellos que solo les interesa sacar ventajas personales de nuestra miserable existencia.
Los Castro, hace 56 años, cuando había que ser más osado, optaron por plegarse a la URSS. ¿Cómo van a darle la espalda ahora a la metrópoli? Ni pensarlo, ya fue alertado por Rafael Diaz-Balart ante la cámara de representantes en mayo de 1955 cuando dijo: "Castro y su grupo solo quieren una cosa: el poder, pero el poder total (...)". Eso se lo han proporcionado los soviéticos y ahora los rusos con Putin a la cabeza, que como buen sabueso de la KGB , a no dudarlo, no quiere opciones peligrosas ante las premoniciones que le auguran un desenlace desalentador a Maduro, por eso está llamando al orden a sus aliados caribeños, comprometiéndolos al máximo para que se acaben las migas entre los dos enemigos históricos.
¿Qué diferencia hay entre la Rusia de hoy con la desmembrada URSS ? Solamente extensión geográfica y modo de producción. Pero el real peligro tiene su punto más delicado en su contraparte estadounidense, y es aquí donde a nuestro pesar, se habrá postergado la esperanza de 11 millones de cubanos que no representa nada comparado con la entrega de la supremacía, cuando menos sicológica, del poder bolchevique, algo que por experiencia es extremadamente grave, pues estaría en juego la existencia de miles de millones de seres humanos.
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