lunes, 20 de septiembre de 2010

Cuba entre el escepticismo y la inconformidad

La efectividad de una empresa encuestadora internacional, probablemente sería dudosa si realizara un sondeo sobre las opiniones de los cubanos con respecto a las medidas económicas que se propone la dictadura castrista. Porque los cubanos, debido a la desconfianza por la constante vigilancia de la tiranía, emiten opiniones distorsionadas para no verse comprometidos.
Pero sin lugar a dudas, cuando uno camina por las calles de la ciudad e intercambia información con otros ciudadanos, nota la suspicacia de la gente con respecto tales medidas y muchos exteriorizan su desagrado por lo que se aproxima. Buena parte de los trabajadores cubanos, mantienen su empleo como una emergencia y además por conservar cierta estabilidad, ya que la calle esta muy mala, como dicen.
 
Pero realmente nadie vive del salario devengado, por su trabajo y este es como un de estipendio recibido y ni remotamente la entrada principal de dinero, ni de lo necesitan, para resolver las insuficiencias. Algunos utilizan sus empleos para conseguir colateralmente, ciertos artículos  que comercializan y con los que obtienen el principal financiamiento que requiere su vida diaria.
Así por ejemplo quien trabaja en un bar, una cafetería, una carnicería, una bodega, etc, etc, utiliza el establecimiento donde labora, para la venta de algún artículo que consigue en el mercado negro o que los mismos abastecedores le ofertan a precios diferenciados, producto del hurto en almacenes u otro origen dudoso. Esa es la entrada principal, y el salario devengado es irrisorio en comparación con lo recibido. Así ocurre igualmente en cualquier industria cubana, sus trabajadores obtienen los productos que hurtan o compran a los propios almaceneros dentro de los establecimientos y  que luego comercializan afuera. Los almaceneros se valen de mil subterfugios para rebajar las mercancías faltantes.
 
Al quedar desempleados, estos  perderán el acceso a las empresas y almacenes y les será mucho más difícil conseguir los productos que antes podían comercializar. Habrán perdido además el subsidio que recibían por atarearse en el lugar. Es decir que aumentaran las dificultades para muchas personas, sumándoles además quienes están bajo su tutela ó sea, que se multiplicará el más un millón de perjudicados, hasta convertirse en tres millones por lo menos. 
Ese es el sistema al que han sido acostumbrados durante todos estos años, los trabajadores cubanos y estará por ver, si este procedimiento puede ser desmantelado tan fácilmente como los dictadores pretenden, violentarlo probablemente provoque el colapso de la dictadura. En cualquier país del mundo estas medidas de choque y de austeridad, muy propias del Fondo Monetario Internacional (FMI), hubieran provocado impredecibles disturbios  y posiblemente tendrían que ser derogadas. Los gobernantes cubanos calculan  tranquilamente, que estas disposiciones serán aceptadas por la población cubana.
 
Yo que no soy tan inteligente como los miembros del gobierno de Cuba, tengo la certeza, de que la dictadura terminará este año y  me la paso escudriñando cada acción emprendida por los personeros de la dictadura, para ver cual es la que provoca el desastre, pasando probablemente por un golpe militar (Quizás alguien crea que estoy obsesionado con la solución militarista, pero pienso que es el escenario más lógico y probable), porque no veo que exista otra solución al problema. Pienso en verdad que los historiadores deberían comenzar a confeccionar una cronología de los acontecimientos, para que se sepa minuciosamente como comenzó todo el desplome, que aplastará a los hermanos Castro y destripará su odiosa dictadura.
A todas luces los pasos dados por los gobernantes, se insertan perfectamente en el rompecabezas imaginario y que tal vez está avalado por algunas escrituras, que resultan muy coincidentes con la situación actual de Cuba, si ocurre o no, el futuro dirá. 
 
Nota: El último chiste popular que circula en está ciudad, versa: “Queda terminante prohibido, la utilización de las camisas de fuerza en el Hospital Psiquiátrico de la Habana, en lo adelante, se utilizarán camisitas a cuadro.”
 
Héctor Julio Cedeño Negrín
Periodista Independiente de Cuba.
 
PRENSA INDEPENDIENTE DE CUBA.
Ciudad de la Habana, septiembre de 2010.
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