miércoles, 16 de marzo de 2011

Alan P Gross una estratégica pieza de cambio

Víctor E Sánchez
Periodista Independiente
victorernestosanchez@ymail.com

Santiago de Cuba, 16 de marzo del 2011 -  Muchos vieron con suspicacia, la ingenua labor que el contratista norteamericano Alan P Gross intentó desarrollar en Cuba, incluso todavía se cuestiona la logística para llevarla a cabo, teniendo en cuenta las características de un régimen totalitario y policíaco por excelencia, como el régimen cubano.

El Gobierno cubano llevaba mucho tiempo buscando qué intercambiar por los 5 espías encarcelados en los Estados Unidos, y Alan P Gross fue su oportunidad de oro. Ya había probado fuerzas encarcelado un sinnúmero de opositores, conocidos como el Grupo de los 75, pero a pesar del revuelo internacional, ya que estuvo acompañado del fusilamiento de tres jóvenes que intentaban abandonar el país, los cubanos encarcelados no despertaron el interés de las autoridades norteamericanas como para ser intercambiados. 

Las expectativas de que Alan P Groos si podría ser intercambiado, al menos por algunos de los espías, alcanzó su máximo nivel cuando el propio Fidel Castro se atrevió a asegurar que antes del fin de año, refiriéndose al 2010, ya estarían de regreso en Cuba.

Y no es menos cierto que esa posibilidad todavía puede estar en juego, pero los “5 héroes de la patria” es un capricho personal de Fidel Castro como lo ha sido el problema del “bloqueo”, que tienen algún impacto moral y político para el régimen,  no es algo que decida la estrategia política que se perfila actualmente en Cuba, por lo que no son una prioridad. Sin embargo, hay otros factores de presión, que si incluyen a Alan P Groos, como es condicionar una nueva política de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en Cuba, como soporte estratégico a la oposición interna, la eliminación de Radio y TV Martí y lo principal, cortar todo soporte económico a la oposición.

¿Cuál  es el propósito?  El Gobierno cubano prepara el camino para una transición política, precedida por una reforma económica. Esa transición necesita de una oposición diezmada y descreditada, sin respaldo financiero ni apoyo popular. Esa es la estrategia que vienen desarrollando, mientras preparan las condiciones, incluso de cuadros formados bajo una nueva concepción de reformulación del sistema, con vista a garantizar la sucesión del poder a manos de una dinastía de la cúpula política actual. Con ese propósito han desplegado una campaña mediática para descalificar a la oposición interna y presionar a las Agencias norteamericanas para que no den fondos a las organizaciones que canalizan la democracia en Cuba.

Aunque los fondos otorgados no han dado significativos resultados en determinados proyectos, ni son fiscalizados para medir sus resultados; si de una forma u otra, mantienen la logística  de la oposición. La campaña contra funcionarios de la Oficina de Intereses estadounidense en la Habana - aunque no es nueva -  se ha renovado con diferente enfoque. El trabajo de dicha Oficina de Intereses relacionado con la oposición, en su gran mayoría se realiza por personal cubano radicado en la Isla y nombrado por las propias autoridades cubanas. Estos funcionarios otorgan las citas, entregan los materiales y controlan el acceso a la Internet.

Si las autoridades norteamericanas seden a las presiones del  Gobierno cubano y sus tentáculos internacionales, incluso su condicionamiento a la liberación de Groos la metamorfosis del Socialismo ortodoxo al Socialismo del Siglo XXI está asegurada. La tan ansiada transición hacia una democracia representada por unos actores diferentes a los herederos de la dinastía política actual, parece cada día más lejana, si la miopía política actual se sigue imponiendo. Y esto no es responsabilidad de todos, sino de los que tienen la posibilidad económica y mediática de formar un estado de opinión, que se desgastan buscando un mesías salvador, mientras descuidan la estrategia esencial de la lucha:  la diversificación masiva y profesional de una oposición con base social y respaldo popular. 

Lo más grave de esta situación es que la oposición no reacciona a las estrategias del Gobierno cubano, que se aprovecha de sus debilidades naturales y humanas y las utiliza a su favor y les crea sus propios escenarios e intereses, como la salida del país, mediante el programa de refugiados, que nadie tiene el valor político de cuestionar y pedir su revocación y el supuesto financiamiento a la oposición, que en la práctica es más un mito que realidad.

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