martes, 8 de marzo de 2011

Cuba y el colapso definitivo de la dictadura

Las crecientes contradicciones, dentro del estamento militar que gobierna a la nación cubana, se hace cada vez más evidente. Cualquiera que observe minuciosamente, la actuación del gobierno cubano, podría constatar, como las medidas tomadas por los gobernantes, son el resultado de dos tendencias diferentes que se imponen paradójicamente la una sobre la otra y viceversa. Solo así puede explicarse la ambigüedad de las actitudes, en cada momento.
 
No pienso que estas acciones se refieran únicamente al enfoque que pueda darle Fidel o Raúl Castro, cuyos intereses personales, no peden ser contradictorios de ninguna manera y solo se entorpece por la forma de llevarlos a cabo. Los gobernantes cubanos, ante el peligro de una temida insurrección popular, han hecho crecer en grandes proporciones, los cuerpos armados de la tiranía, especialmente el Ministerio del Interior, que de hecho, sobre pasa crecidamente al de la llamada Fuerzas Armadas Revolucionarias, cuya función por naturaleza, es la de defender el país, de una agresión extranjera, aunque tienen sus tanques de guerra, listos y preparaos para aplastarnos, como lo hicieron los chinos en la Plaza de Tiananmen.
 
Paradójicamente Raúl Castro, es el artífice principal en el crecimiento vertiginoso del MININT, aunque su respaldo y legitimidad, en todos estos años, ha provenido de los miembros de las FAR. Esto en si, es una contradicción esencial, porque estos cuerpos armados, desde siempre, han sido cardinalmente antagónicos. Aunque tal  antagonismo pueda remontarse, incluso, a la época de la por ellos llamada, ‘República Mediatizada’ y  ya se sabe, que la memoria social, sobrepasa ampliamente, a la de cualquier sistema político.
 
Recuerdo cuando los miembros de las FAR, fueron desarmados y se les prohibió, portar armas en lugares públicos. Se decretó, desde ese entonces que solo podían hacerlo, los miembros activos del Ministerio del Interior. Este fue un triunfo de Ramiro sobre Raúl, pero recuerdo las críticas de Raúl a los privilegios diversos, que poseían los integrantes del MININT, al tiempo que los de las FAR, eran mucho más austeros y acordes con las carencias que presentaba el país. Al sobrevenir la Causa número 1 del año 1989, donde fueron involucrados varios miembros del Ministerio del Interior en el tráfico de drogas, Raúl Castro, tomó las riendas de ese cuerpo armado, a través de uno de sus hombres de confianza, el General Abelardo Colomé Ibarra, aleas El Furry  y hasta el día de hoy, las ha  mantenido férreamente.
 
Pero la ineptitud de este conglomerado, es notoria y hasta notable. El Ministerio del Interior ha crecido mucho en cantidad de miembros, pero la profesionalidad y calidad de sus integrantes ha disminuido sustancialmente, al integrarse en el, a personas de muy baja escolaridad y conocimiento, procedentes, en su aplastante mayoría, de las atrasadas provincias orientales. Aparentemente, mucho más leales a la llamada revolución socialista, pero desconocedores de la ética policial y del respeto riguroso, a la ciudadanía y sus derechos. Lo que ha provocado un rechazo casi unánime de la población, sobre todo de la habanera. De hecho, los habaneros, detestan básicamente a la policía.
 
Esto, lejos de resolver la cuestión más preocupante para la dictadura, que es sobre todo, tratar mantener la vigilancia permanente sobre la población, puede convertirse en el factor más desfavorable para los gobernantes. Porque el acoso policial contra los ciudadanos, puede ser a la larga, quien provoque precisamente una incontrolable explosión social. Yo que resido en un barrio muy sensible en estas cuestiones y donde permanece desplegado, un número extraordinario de agentes policiales, lo veo todos los días, la gente vive irritada con la policía.
 
Afortunadamente está surgiendo un nuevo fenómeno, con relación a esto, los policías comienzan a solidarizarse con los ciudadanos. En este sentido recuerdo lo que expresaba, un Capitán de la policía, ya fallecido, allá por los años noventas, cuando las FAR tomaron por asalto el MININT. Provenía este, de las Fuerzas Armadas, en donde era Capitán de artillería. El me decía, “al policía hay que cambiarlo constantemente de lugar y trasladarlo frecuentemente de barrio, porque se hace amigo de la gente y se vuelve completamente inoperante”. El, que se nombraba Manolo y era Jefe de Sector, del lugar donde resido, ya se había hecho amigo de todo el mundo en la zona y visitaba mi casa, donde escuchábamos clandestinamente, la Voz de la Fundación Cubano-Americana, mientras bebíamos unos tragos.
 
En este último año, en que he sido detenido frecuentemente, he podido observar un fenómeno del que ya me hablaban otros opositores; las crecientes contradicciones entre la policía ordinaria y la Seguridad del Estado, que incluso, llegan a provocar discusiones acaloradas entre los jefes de las Estaciones y los Oficiales segurosos. Esas diferencias tienen que ver con la violación por parte de la policía política, del reglamento seguido en las Estaciones de Policiales. La Seguridad del Estado nos  conduce hacia esos lugares y desestabiliza por completo el procedimiento habitual, con acciones que violan sus reglamentos y la policía, no sabe que hacer con nosotros.
 
La policía no concibe que nos conduzcan sin haber cometido ningún delito, solo por estar caminando,  por alguna calle, que los segurosos cierran para evitar que lleguemos al lugar de una supuesta reunión y los obligan a vigilarnos durante horas. Muchas veces fuera de los calabozos porque no hay quien firme un documento para encerrarnos y como se sabe, en la actualidad, las “instituciones” de la dictadura aparentan cumplir estrictamente con todas las normas establecidas. En ese sentido observamos la gradual simpatía de los oficiales de la policía ordinaria, hacia  los opositores conducidos a las Estaciones policiales, traducido en el tratamiento deferente. Nos observan incluso, con admiración y sobre todo con mucha curiosidad, se atreven cuando estamos solos con ellos, a hacernos preguntas explicativas. Yo que soy una persona locuaz y comunicativa, aprovecho cada una de estas ocasiones para ganar adeptos dentro de sus filas.
 
El gradual gigantismo de los cuerpos armados, pone un reto a la tiranía, al exacerbar contradicciones internas. A intentar contrarrestar, la creciente simpatía que va ganando la oposición cubana en el seno de la sociedad, incluida la que gana dentro de esos cuerpos armados, va el sorpresivo destape de los ‘pericos’, como los llama Ángel Moya, aunque los destapados últimamente, son simples cotorras sin plumas, atarugadas con perejil. Ahora amenazan con destapar coloridos papagayos parlantes, pero eso solo vale como curiosidad teatral, porque lo que hacemos los opositores es completamente público y además, cualquiera sabe que entre nosotros siempre cuelan soplones, eso no nos preocupa. Por ejemplo el caso Serpa ¿Qué ha dicho ese señor, que valga la pena? Todo el que vio la actividad actoral, dice, que parece tener problemas de psiquiatría. De Las Damas de Blanco el no sabe absolutamente nada, porque ellas no dicen nada a nadie y como se sabe, el es un insuperable elaborador de fantasías, mucho más que Reinaldo Taladrid, con su habitual mesa redonda (bueno no se si es de Taladrid o de Randy), porque Carlito Serpa, es un consumado mentiroso natural.
 
Supe que en días pasados, Carlos Serpa, había sido coducido hasta la casa de la que nominaba como su ‘esposa’, nombrada Marielena o Maria Elena, no se exactamente, lo llevaron bajo fuerte custodia de los Oficiales de la Seguridad del Estado. Fue allí a buscar las pertenencias de su propiedad, que sobre todo le procuraron, Las Damas de Blanco, con su ayuda (no se sabe si Marielena se las entregó o ya las había vendido, digo, si eran vendibles), porque verdaderamente, el era un desaliñado menesteroso y ellas lo hicieron persona y en algo lo civilizaron, ahora tan lastimosamente mal  agradecido. Vamos a ver que función le ponen a cumplir, posiblemente lo destinen a barrer las oficinas de la Seguridad del Estado o para hacer guardia vieja en el patio de Villa Marista, con un suelducho de mala muerte y una jabita de estímulo ¡Si limpia bien!
 
Héctor Julio Cedeño Negrín
Periodista Independiente de Cuba.
 
PRENSA INDEPENDIENTE DE CUBA
Ciudad de la Habana, 7 de marzo de 2011.


Share/Save/Bookmark

No hay comentarios.:

Publicar un comentario