domingo, 14 de marzo de 2010

Ganar tiempo, la estrategia castrista en el caso Guillermo Fariñas


La estrategia de siempre, ganar tiempo
-Víctor E. Sánchez- Aplopress

Santiago de Cuba, 13 de marzo - (www.aplopress.com) El Gobierno cubano ha puesto en marcha su estrategia de siempre, ganar tiempo. Si algo le ha ido bien a este engendro diabólico de gobierno ha sido no adelantarse, ni precipitar los acontecimientos. La situación de Guillermo Fariñas ya la empiezan a poner bajo control. Le quitaron el impacto mediático, y lo aíslan, cual un preso, pero bajo la protección del cuidado médico, algo que justifica muy bien moralmente la acción.
El momento histórico de la oposición cubana no podría ser mejor. Los ojos del mundo están sobre los gobernantes cubanos, toda acción tendría una repercusión nunca antes vista, por eso no podemos caer en el juego del régimen y desmovilizarnos, esperando por la evolución de Fariñas, que es algo clínicamente manejable y puede prolongarse indefinidamente.
En un análisis que realizaban algunos líderes de la oposición, se destacaba la necesidad de no desvirtuar el enfoque sobre la huelga de Fariñas, algo que en cierta medida tienen razón, pero si centramos todas nuestras expectativas a su desenlace y a la reacción de la comunidad internacional, y nos atrincheramos en ese inmovilismo, perdemos esta gran oportunidad que se nos ha presentado. Incluso, si no se presentan acciones nuevas y excesos nuevos por parte del Gobierno cubano, le quitaremos la fuerza y la razón a los que se pronuncian por nuestra situación.
Tal vez sea un asunto estratégico, (que para mí es errado) pero llama poderosamente la atención la poca movilización de la oposición por defender la vida de Guillermo Fariñas. En circunstancias peores, cuando el caso de Zapata, se levantó más la voz que ahora,  que es un caso más evidente por su exposicion publica y que se ha podido documentar mejor.
El pronunciamiento de Bonne Carcasses es muy meritorio, pero estratégicamente debía comenzar desde ya, si en realidad quiere con su esfuerzo supremo, hacer de su vida un arma de lucha por la libertad de Cuba. El silencio que se está produciendo alrededor del caso “FRARIÑAS” nos lleva a aquella reflexión martiana cuando dijo: “ver cometer un crimen en calma es como cometerlo”. No se concibe que líderes y activistas que tuvieron acciones valientes y arriesgadas en ocasiones anteriores estén observando los acontecimientos en absoluta calma. A no ser que el desenlace del caso de Orlando Zapata Tamayo, en vez de enardecerlos, los mantenga bajo una impotencia depresiva.
Alguien me preguntaba, que más se podía hacer, dentro de la campaña “Salvemos a Fariñas”. Las posibilidades son muchas, en el orden interno las demandas físicas y públicas, son unas herramientas de gran valor,  pero se pueden añadir cuantas iniciativas de apoyo surjan. Lo más importante es  demostrarle al régimen que la tensión política va creciendo, que el miedo cívico se va perdiendo y que la lucha continuará, arrebatándole su propia frase de “Patria o Muerte” como lo demostró Zapata Tamayo. En el exterior las organizaciones solidarias podrían jugar un papel muy importante, contactando los presidentes de sus respectivos países, las organizaciones internacionales y cuantas personalidades se puedan pronunciar a favor de nuestra causa, para internacionalizar el problema, que no sea visto el caso cubano, como un diferendo político entre el gobierno y sus opositores, sino como un asunto de lesa humanidad.
Si el momento se nos enfría, nuestra lucha se nos pasma, después no nos quejemos de la falta de solidaridad internacional, si a nosotros mismos nos falta la solidaridad militante y activa.

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