miércoles, 28 de octubre de 2009

Ortega ayuda a Honduras.



The Wall Street Journal

 El modelo chavista llega a Nicaragua

Si Honduras logra preservar su democracia a pesar de las presiones norteamericanas para que la abandone, el pequeño país centroamericano puede terminar dándole las gracias a la Nicaragua de Daniel Ortega. 
La semana pasada, el presidente Ortega, sin proponérselo, hizo la que hasta ahora ha sido la mejor defensa de la decisión de sacar de la presidencia a Manuel Zelaya.  En Nicaragua, los presidentes sólo pueden gobernar un período, y el de Daniel Ortega expira en el 2011.  Sin embargo, el nicaragüense no quiere abandonar el cargo, por lo que pidió a la Corte Suprema de Justica, controlada por los sandinistas, que derogara la prohibición constitucional de la reelección presidencial continua.
La semana pasada, la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia lo complació.  La prensa de Nicaragua informó que la votación se realizó antes de que tres jueces opositores llegaran a tiempo para participar en la sesión.  Tres jueces suplentes, sandisnistas todos, ocuparon su lugar y la Corte Suprema le dio entonces luz verde a Ortega.  Éste decretó que la decisión es inapelable.
Se trata de una maniobra clásica de los hombres fuertes basada en el modelo de la Venezuela de Hugo Chávez. Sólo algo más de un 30 por ciento de los nicaragüenses aprueba el desempeño de Ortega, por lo que a éste le costaría mucho trabajo ganar una elección imparcial contra una oposición unida.  Pero Ortega controla el tribunal electoral del país, y en las elecciones municipales del 2008 dicho tribunal se negó a realizar un conteo transparente de los votos.  Además,  bloqueó a los observadores internacionales y locales y fueron muchas las denuncias de fraude.  La comunidad internacional se limitó a contemplar estas anomalías sin hacer nada.  Y ahora Ortega está dando los siguientes pasos chavistas que le permitirán gobernar indefinidamente.  
Los hondureños depusieron a Zelaya porque hizo evidentes sus designios similares de cambiar la Constitución para volver a postularse y eternizarse en el poder.  Los hondureños son vecinos de Ortega, por lo que es perfectamente posible que sus acciones contra Zelaya los hayan salvado del triste destino de Nicaragua.
Artículo de opinión del WSJ
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