Miembros de la Alianza Democrática Oriental durante  la Junta realizada en la Ciudad de Santiago de Cuba el 6 de mayo de 2010
Ciudad de Santiago de Cuba, 6 de mayo de  2010.
Cubanas y cubanos todos:
En los últimos tiempos el gobierno cubano ha  desatado una campaña mediática desacreditando una supuesta acusación de  la comunidad internacional por la muerte del joven Orlando Zapata Tamayo  en una cárcel de la isla producto de una huelga de hambre donde exigía  mejoras de condiciones dentro de las prisiones de nuestro país para toda  la población penal.
De la misma forma el régimen utilizó las  fraudulentas elecciones de delegados a la Asambleas Municipales  ocurridas los días 25 de abril y 2 de mayo de este año, así como la  celebración del Día Internacional de los Trabajadores para venderle al  mundo la imagen de que el pueblo cubano apoya el modelo socialista  impuesto hace medio siglo a los cubanos.
Sobre las elecciones todos sabemos que no recogen  el verdadero sentir y la voluntad plenas de nuestro pueblo. La Comisión  Nacional Electoral que registra los votos está controlada por el único  partido que existe en Cuba, un partido concebido por una dirección  militar que domina todos los sectores de la sociedad cubana. Se han  registrado en todas las circunscripciones de la isla muchas boletas  anuladas con consignas contra el gobierno, otras fueron entregadas en  blanco y todas las computadas como válidas, en su mayoría están sujetas  al formalismo de las propias exigencias de los órganos de control del  Estado que coacciona a cada individuo en su derecho al voto libre y  secreto.
Con respecto al desfile por el trabajador en  todas las ciudades del país, la gran mayoría de la masa presente estuvo  sujeta como siempre a los mecanismos represivos existentes donde los  ciudadanos están obligados a marchar para cobrar el salario del día y en  el caso de los estudiantes, con la obligatoriedad de la federación que  lo representa, ya sea la FEU, la FEEM o la OPJM. 
Tenemos la prueba de que el joven de raza negra  Orlando Zapata Tamayo fue torturado en reiteradas ocasiones durante los 7  años de prisión. Está demostrado que la causa que llevó a la cárcel a  Orlando Zapata Tamayo fue netamente por sus inclinaciones políticas  consideradas por la oficialidad como “desafecto”. Los que emiten esta  proclama dan fe y son testigos de que Zapata fue asesinado  premeditadamente por las altas instancias del poder militar cubano.  Asimismo continúa los injustificables encarcelamientos políticos. 
Ya es hora, por la condición humana de defender  lo justo,  de que los reos por causas de  pensamientos sean liberados sin condiciones de ningún tipo.
Por otra parte, se incrementa la brutalidad  represiva en las calles no sólo contra los opositores o disidentes sino  contra todo aquel que exprese libremente su criterio y éstos vayan  contra la línea partidista de gobierno. 
El pueblo cubano no debe dejarse confundir por  los ataques orquestados por la Seguridad del Estado contra las Damas de  Blanco y contra todos aquellos que se manifiesten en nuestras calles  exigiendo libertad plena para todos los cubanos.
El movimiento opositor en la isla   lleva la clarinada del pensamiento de los padres fundacionales  de nuestra nación como Varela, Martí y José Antonio Echeverría. No somos  ni mercenarios ni vende patria.
Queremos que todos los cubanos sean genuina y  legítimamente libres, que no haya abusos policiales, que existan  elecciones libres y sin influencias doctrinales. Queremos la  reconciliación, el progreso, la libertad de viajar. No queremos una vida  para nuestros hijos llena de dogmas, politiquerías y completa de  restricciones. No hay por qué dejar que existan aparatos delatores y de  vigilancia en cada barrio, en cada comunidad donde vivimos.
La Cuba del mañana debe tener programas sociales  superiores a los que tenemos. El gobierno no puede usar a su antojo los  recursos naturales que nos pertenecen. Queremos que nos digan qué hacen  con esos recursos. Hoy, todos los generales tienen todo el dinero de  nuestro pueblo. Los militares tienen todo el potencial económico del  país, enriqueciéndose cada vez más con todas las inversiones del capital  extranjero en la isla. Si mañana Cuba se insertara en la comunidad de  países democráticos, esos militares se quedarían con todo ese dinero.  Eso no es justo. Hay que estudiar las experiencias de los países del  antiguo bloque comunista de la Europa del Este.
No puede haber vejaciones en ningún lado para  nadie porque opine distinto o critique severamente a los que rigen los  destinos de la nación. El poder debe estar controlado por la voluntad y  determinación del pueblo, no decir que somos dueños de todo y no podamos  viajar libremente a otros países ni podamos tan siquiera hospedarnos en  ningún hotel bueno en Cuba, aún cuando han sido construidos por las  manos de obreros y constructores nacidos en esta isla. Con el sudor de  cada ciudadano de este país.
Hay que mirar hacia los rincones del país,  observar la miseria con que vive el campesino. A pesar de transcurrir 50  años continúan en la pobreza. Si hoy el plato diario en nuestros  hogares no es mejor es porque nunca la tierra les perteneció a los  campesinos. Bajo el supuesto cooperativismo las tierras han estado en  desuso por tiempo y las iniciativas independientes han sido coartadas  por la tozudez de unas pocas personas al mando de las empresas e  instituciones del país. Las conclusiones están en los mercados y en  nuestros hogares.
La compleja situación de la vivienda es una tarea  que demorará mucho tiempo. Hemos vivido por decenas de años en  hacinamiento, con varias familias conviviendo de diferentes  generaciones. Existen aun en nuestro país chozas. El gobierno no tiene  una solución a corto plazo y estamos convencidos que demorará decenas de  años en que cada cubano o cubana tenga un hogar propio.
Hay que meditar sobre las aspiraciones de la  juventud que serán en el futuro el destino de nuestros hijos. Los  jóvenes deben pensar en los problemas nacionales, no deben dejarse  entusiasmar por las ofrendas del régimen que los saca de los montes, de  los campos, de los pueblecitos pequeños para ponerles un uniforme y  enseñarles una carta de cláusulas represivas. Sabemos que tienen  necesidades y escogen esa carrera con tal de salir de la pobreza e irse a  las ciudades grandes, pero deben pensar en la ética del comportamiento  humano. La tortura, el abuso de cargo, las vejaciones, los  encarcelamientos arbitrarios, la soberbia personal, el odio infundado,  nada, pero nada justifica actos como estos. No deben olvidar que lo que  practican con cada persona puede ocurrirle a los suyos en otras manos y  no estarán de acuerdo que se abuse de ningún familiar propio. ¿Donde  está nuestra juventud? Es la respuesta a la apatía que muestran hoy los  jóvenes por las estrategias del Estado cubano en asuntos económicos y  políticos.
Sobre la familia les decimos que un día no habrá  muros ideológicos ni geográficos que separen en la distancia a los que  viven hoy fuera de su patria y los de adentro. Los primeros no serán  juzgados nunca como traidores ni les pondrán requisitos para entrar  nuevamente a su país. La familia cubana es digna heredera de nuestro  historial de lucha por nuestra libertad e independencia pero unos  hombres hoy la dividen justificándose en los estragos de las necesidades  elementales de subsistencia. Por eso se han perdido valores en la  educación y en la fe, ya habrá tiempo de que no se nos eduque a los  hijos amando a una doctrina y odiando a otra en contra de las normas  principales de la raza humana.
Queremos decirle al pueblo cubano, que todos  somos cubanos. Que defenderemos la soberanía de nuestra tierra natal  pero con libertad, jamás bajo el manto del yugo opresor. La dictadura  está acuartelada porque ven peligrar el poder. A los militares que nos  desgobiernan no le interesa el futuro nuestro si no cumplen con sus  antojos, está demostrado con los años de tiranía impuesta al pueblo. Por  eso están obligados a reprimirnos severamente utilizando a los acólitos  que bajo la ignorancia unos, y la confusión  que  ejercen los medios de difusión masiva en otros se prestan a golpearnos  en las calles  tildándose de supuestos  revolucionarios. Esta política responde exclusivamente al estado de  terror con que el comunismo socava al pueblo de Cuba.
Nuestro deber está en mejorar nuestra forma de  vida, preocuparnos por la justicia y por la opresión. No puede existir  nación si no somos capaces de enfrentar nuestra responsabilidad como  ciudadanos. Esa responsabilidad debe tener juicio crítico, medida de la  igualdad de derechos y de nuestro sentido de pertenencia con las metas  que nos tracemos para la vida. Se puede vivir bajo las necesidades  latentes de los hombres pero no bajo la censura y las limitaciones de  nuestras libertades que nacieron cuando Dios nos las dio. Nadie puede  quitárnosla.
Pueblo cubano, el único camino a emprender está  en tomar por nuestras manos la resolución de nuestros  propios problemas, entre cubanos, donde quiera que se encuentre cada ser  que nació en esta tierra. Es un derecho protestar y protestar  públicamente. Así lo hicieron las distintas generaciones anteriores a la  nuestra que vieron bajo las botas de la opresión un insulto a nuestra  dignidad patria.
La Alianza Democrática Oriental está comprometida  con la libertad que nos han robado, consciente que será dura la  travesía pero no menos que aquellos que ofrendaron su vida por el deber.  Continuaremos agrupando a  todos los integrantes  de la resistencia cívica interna y decimos a todo el movimiento opositor  en Cuba que el llamado está en las calles que el régimen intenta  reducirnos. Las calles de nuestras ciudades son de todos los cubanos y  en ellas estaremos dispuestos a derramar nuestra sangre si la ocasión lo  requiriese. 
El pueblo debe estar al lado de la razón, no bajo  el sufrimiento, la miseria y la desesperación. ¡Queremos patria con  libertad! ¡Viva Cuba sin tiranos!

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