domingo, 28 de febrero de 2010

La descalificación del régimen de Cuba


-Víctor E. Sánchez, periodista independiente, Aplopress, región oriental de Cuba.

SANTIAGO DE CUBA – 27 de febrero, 2010 –  Los acontecimientos acaecidos en Matanzas, durante el sepelio de la legendaria opositora, Gloria Amaya y ahora con el asesinato premeditado y alevoso de Orlando Zapata Tamayo, ha comenzado a formarse una nueva conciencia del pueblo cubano, en torno a su realidad política.
La descalificación del régimen cubano debe ser la tarea de orden. Ya comenzó con los calificativos proferidos en los acontecimientos antes mencionados. Sin embargo,  debe ser reforzada con aquellos que permanecen en el subconsciente de nuestra población como “esbirros”, “torturadores”, etc. Estos vocablos, aunque parezcan olvidados, forman parte de nuestra  historia política y rememoran acontecimientos, que hasta de forma inconsciente la población rechaza y los relaciona con la dictadura de Fulgencio Batista.
En la tarde de ayer conversaba con Mariano González, una persona que vivió intensamente aquella época de violencia política en Santiago de Cuba y me decía:, “lo primero que hay que lograr es que la ciudadanía interiorice la brutalidad del régimen y que por todo acto de abuso contra la población se culpe al gobierno”. Me dice Mariano, que en aquella época, toda arbitrariedad se relacionaba con la dictadura y se culpaba a Batista. Si un guardia le hacía algo a un ciudadano, no importa lo que fuese, empezaban a gritarle “esbirro”, “asesino”. Esta palabra es muy convocante y debe ser utilizada constantemente por la oposición en cualquier circunstancia de exceso que se produzca por parte de la policía regular o política.
Algo que me llamó poderosamente la atención en el velorio de Orlando Zapata Tamayo. fue el comportamiento de su señora madre, Reina Luisa, que en todo momento culpó a los hermanos Castro del asesinato de su hijo.  En la generalidad de los casos, los familiares culpan a la oposición de arrastrar a su familiar a la circunstancia en que se encuentra. Incluso, los servicios de inteligencia han escogido la palabra “manipulación” para calificar el comportamiento o actitud de los que los adversan, y así restarles personalidad y razón a los luchadores políticos.
Una idea que me parece muy acertada es la identificación de nuestra lucha con el asesinato de Orlando Zapata Tamayo. Ayer varios líderes de la oposición en Santiago de Cuba decían que hay que demostrar que Zapata Tamayo vive, que hay que colocar su foto en todos los rincones del país, que las autoridades huyan de él como si fuera un fantasma. Y que la población común y corriente se identifique con los crímenes de la dictadura actual.
La descalificación de no tumba el gobierno, pero si justifica todo lo que se haga contra él. Los ciudadanos se muestran más solidarios y comprometidos con la causa cuando el gobierno pierde su justificación moral. Cuenta Mariano, que aquí en Santiago, a pesar del riesgo que corrían, las personas -principalmente las mujeres- metían en sus casas a los miembros de los grupos de acción y sabotaje, cuando huían de la policía de Batista.
Según recuerda este anciano de 81 años, la prensa jugaba un gran papel en la descalificación del gobierno, y nos dice: “cuando los comandos de los grupos subversivos ejecutaban a un policía, se reportaba como un ajusticiamiento, cuando la policía mataba a uno de ellos, entonces era un asesinato”.
Los regímenes totalitarios tratan de utilizar la descalificación en sentido contrario, descalificando a sus opositores. Ellos están conscientes de la efectividad de la descalificación en la conciencia social, por eso hay que implementar la descalificación del régimen como estrategia de lucha

Share/Save/Bookmark

No hay comentarios.:

Publicar un comentario